¡Cuídalo, oh, Amado, que este bebe es tan frágil en su DESPERTAR!

¿Dentro de Tus colores y Tus formas que se esconde?

¿Dentro de Tu brisa y Tu tormenta que se acalla?

¿Que misterio tan profundo hay detrás de Tu Aliento que has insuflado en la Vida de la Tierra?

TU AMOR!

¡Cuánto Amor! ¡Cuánto Amor de Tu  Omnipresencia en cada color, en cada forma y en cada movimiento!

Acaricias y meces a tus hijos por la mañana con los rayos del Sol y por la noche con la luz de la Luna y las estrellas.

Cada creatura de la Tierra ha nacido maravillosa y cumple su función, uniendo las experiencias dadas por Tu Amor desde el Libre Albedrío. Cada creatura vuelve a Tus órdenes y a Tus leyes, viajando por Tus sabios y invisibles a los ojos físicos, hilos vibrantes en perfecta armonía de la Unión sagrada.

El Ser humano es una de las más jóvenes criaturas de la Tierra. Es un hermano menor en la Tierra y no mayor , como siempre ha creído. Es una criatura-bebe que empieza a aprender... a ser y a convivir consigo mismo y con otras formas de Vida en la Tierra.

Tal vez todavía le falta o le sobra algún elemento para convivir en Perfecta Armonía en el Planeta Tierra, que tienen todos los demás seres en este planeta; tal vez, es un Ser de otro lugar, tal vez es un puente entre Tu Amor Infinito que es la Libertad Absoluta y Su Máxima Manifestación en la Tierra en Infinitas Formas y Vibraciones......

Solo Tu sabes, Mago del Universo que abrió su manto y repartió  sus estrellas-regalos desde la Abundancia del Océano infinito de Tu Corazón!

¡Das vida a los Soles de nuestros Corazones!

Aquí  en la Tierra danzamos Tu sinfonía con antorchas encendidas, con anhelos y gritos, cantos y himnos en Tu honor! Todo se mueve gracias a Ti, todo vibra gracias a Tu Amor: la golondrina y el amigo grillo, la rosa y la amapola, la Vía Láctea y la leche de la Madre dando la vida al bebe. Todo se respira y está respirado por ti, gracias a Tu Amor! A Tu generoso Dar, a Tu abrir alas, que contemplo en un águila que Soy, unida a  Tu Amor y Tu Libertad que Soy! Y contemplo allí, dentro de la cueva, en la piel de la serpiente, que vigila mi sueño, el Misterio que Soy de Tu Amor.

Tu lo sabes.. y el Ser Humano lo presiente en su  Despertar… 

¡Cuídalo, oh, Amado, que este bebe es tan frágil en su DESPERTAR!… 

S. L.